AMAXOFOBIA

Este año que se ha ido ha dejado muchas cosas, pero sobre todas ellas ha dejado un desencadenante común, el miedo. El miedo en el ser humano es un factor común, que muchas veces genera distintos handicaps. Precisamente en una de las charlas que mantenía con una pareja de amigos salió como por casualidad la palabra amaxofobia. 

El caso es que su mujer tenía más de veinte años de carnet de conducir, jamás había tenido un accidente de circulación, ni una circunstancia o percance, que motivara el pánico que sufre con la idea de ponerse a los mandos de un vehículo.

Debido a lo curioso de la palabra y a mi desconocimiento en la materia, me dispuse a investigar sobre el tema, y lo primero que llamó mi atención fue su etimología:

Amaxo: palabra griega que significa Carruaje

Fobia: palabra griega que significa miedo

Otra de las cosas que llama poderosamente la atención, es que esta patología la sufren un 33% de los conductores y responden a un proceso en el que la persona percibe el tráfico como una amenaza, siente a los demás conductores como peligrosos y se siente incapaz de afrontar el reto de conducir. Como en otros trastornos fóbicos, la respuesta  huida-evitación produce en la persona una sensación de alivio de la ansiedad, que se mantiene como refuerzo negativo. Esta respuesta puede llegar a ser tan poderosa, que se vive como la única para hacer frente al problema.

Continuando con el motivo que nos llevó a la conversación, todo coincidía. Fijaros que la historia comenzó con un viaje de placer a Sierra Nevada, iba esta pareja junto a su hija de tres años para que conociera la nieve, esquiar y compartir unas risas en familia. La jornada fue perfecta y llegó el momento de recoger el coche, para lo cual tenían que bajar una pequeña loma cubierta de nieve hasta llegar a la carretera. De repente, la niña se puso a llorar buscando los brazos de su padre, éste se agachó ligeramente para cogerla en brazos, momento en el que cede una de sus piernas y siente como se rompe tibia y peroné de la pierna derecha. Tras recibir la debida asistencia médica, quedaba pensar como iban a recoger el coche y volver a Huelva. Sólo se lo insinuó a su mujer y ya comenzó a tener sudores, taquicardia, malestar de estómago, agarrotamiento muscular y todos los síntomas habituales de los estadios de ansiedad que definen esta enfermedad. Por lo que tuvieron que llamar al seguro del automóvil para solucionar el problema, en este caso les pusieron un chófer para su vehículo y un taxi para trasladarse de nuevo a Huelva.

Según parece, las personas más propensas a sufrir la amaxofobia son:

- Conductores que no superan los dos primeros años.

- Conductores habituales con experiencia: suelen coincidir con episodios de estrés laboral o personal.

- Conductores que han sufrido una experiencia traumática: se desarrolla después de un accidente de tráfico, tanto propio como de allegados.

La única solución milagrosa contra esta enfermedad consiste en trabajar el miedo. Según la gravedad del caso, puede ser imprescindible la ayuda de un especialista. En cualquier caso deberemos:

Identificar: sobre el papel qué situaciones concretas del tráfico hacen saltar la alarma.

Idear: con sosiego una respuesta para cada situación

Estudiar: Las respuestas en voz alta hasta interiorizarlas.

Volver a conducir: acompañado de alguien que nos ayude a recordar las respuestas.

Conducir: adaptándose a las circunstancias, haciendo y no sintiendo.

Técnicas de relajación y respiración.

Para finalizar, es necesario recordar que este tipo de patologías pueden llevar un largo camino, según los entendidos no menos de 30 o 40 sesiones, pero cada vez que alguien supera un escollo aumenta la probabilidad de superar el siguiente.

No se si la mujer de mi amigo será capaz de superar este problema, la llamé para comentarle el contenido de este artículo y que en él podía obtener posibles soluciones. Por ahora sólo tengo la promesa y el compromiso de que lo vas a leer, tengo plena confianza en que eres una persona valiente y lo superarás.